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Comenzando…

Empezar siempre tiene algo de mágico. Este sitio espera, anhela, sueña ser un vehículo para que conozcas mis jabones.

Y mis jabones son el resultado de un largo camino que va definitivamente a filtrarse en las descripciones.

Hacer jabones artesanales requiere algo de ciencia, bastante paciencia y mucho arte.

La ciencia está en las medidas y las proporciones, elegidas cuidadosamente para que el proceso de saponificación anule completamente la soda cáustica y aún queden aceites humectantes para nutrir la piel. También está en los aditivos y los aceites esenciales, elegidos siempre con un propósito específico en mente.

La paciencia se ve en los largos tiempos de espera y maduración de cada jabón para que alcance su estado óptimo de cristalización. Estos tiempos pueden ir desde cuatro semanas hasta un año en algunos casos especiales.

El arte se filtra en la sinergia que forman los ingredientes, y en la estética final.

Mis jabones son completamente naturales. Hechos mediante saponificación en frío, mantienen toda la glicerina creada en el proceso.

En mis jabones no hay sustancias químicas impronunciables, no hay aromas ni colores artificiales–aunque puede que use micas para ocasiones especiales en el futuro. Los aromas son suaves y naturales, fruto de la combinación de oleatos y aceites esenciales.

Cada batch es, al momento de escribir este post, de un kilo de aceite base. Y salen ocho jabones. Nada más. Cada nuevo batch es ligeramente diferente, así que cada jabón es una experiencia única e irrepetible. Sí, esto puede cambiar con el tiempo. Pero hoy es hoy y mañana aún no existe.

Gracias por leer mis desvaríos. Espero que te gusten mis jabones.

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