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Cómo aprovechar un jabón artesanal

La mayoría de los jabones comerciales tienen ácido esteárico entre sus componentes. Se trata de un ácido graso que naturalmente aparece en grasas y mantecas sólidas a temperatura ambiente. Si aparece entre los ingredientes es porque se usa su forma refinada. Este jabón da mucha dureza al jabón y lo hace menos soluble, lo que le permite sobrevivir a recipientes donde se acumula agua. Y al tratarse de detergentes compactados, la espuma aparece rápidamente.

No estoy en contra del ácido esteárico. En general es considerado seguro para su uso. Pero si es refinado no es natural. Tampoco estoy en contra completamente de las grasas y mantecas que lo contienen, salvo que algunas vienen de lejos y encarecerían mucho el jabón como el carité, otras son muy destructivas para el medio ambiente como el aceite de palma y otras han caído en desgracia—y me dan cierto resquemor—como la grasa de pella o la manteca de cerdo.

¿Qué queda entonces?

Un jabón con alto grado de solubilidad que rinde, pero necesita ciertos cuidados para no desaparecer rápidamente.

El primer cuidado es el de mantenerlo en un lugar seco, no en un recipiente encharcado. Las jaboneras de madera son una opción rústica y hermosa para preservar estos jabones.

El segundo cuidado es el de mantener el jabón fuera del agua al usarlo. La solubilidad de estos jabones es tan alta que alcanza con frotarlos una vez sobre las manos húmedas para arrancar una capa que limpie. Así que el procedimiento sería:

Para manos: Humedecer las manos, tomar el jabón, darle una vuelta fuera del agua, y después devolver manos al agua para trabajar la espuma.

Para cuerpo: En caso del cuerpo, lo ideal es usar una esponja de baño. Si el jabón se usa directamente sobre el cuerpo bajo la ducha, el agua va a barrer el jabón antes de trabajar las espuma.

Siguiendo estas dos recomendaciones un jabón artesanal dura tanto como un jabón comercial, o más considerando que mis jabones pesan alrededor de 150 gr, contra 100 gr de los comerciales.

Nota: Todos mis jabones son de alta solubilidad, salvo el jabón blanco hecho con grasa vacuna refinada, aceite de coco y aceite de ricino. Es ideal para los que quieren un jabón natural pero no quieren complicarse la vida cambiando hábitos. En principio, cualquiera que no tenga mayores problemas en comer bizcochitos de grasa o empanadas fritas, podría aprovechar las ventajas que ofrece esta variante. Yo todavía le tengo resquemor, pero reconozco que como jabón es precioso.

 

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